jueves, 30 de octubre de 2008
Bruselas acelerará el pago de los fondos europeos para combatir el riesgo de recesión
La Comisión Europea acelerará el pago de los 350.000 millones de euros de fondos estructurales previstos para el periodo de 2007-2013 con el objetivo de estimular la inversión en infraestructuras o en I+D en toda la UE y combatir así el riesgo de recesión provocado por la crisis financiera, según anunció hoy el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, durante la presentación de un esbozo de un «plan europeo de recuperación».Este plan debe basarse, según el Ejecutivo comunitario, en un aumento de la inversión pública para contrarrestar la caída del consumo privado y sostener la demanda. Para ello, la Comisión aboga por movilizar los instrumentos financieros con los que cuenta la UE, especialmente el Banco Europeo de Inversiones (BEI), para el que propone un aumento de su capital base. El BEI ya se ha comprometido a incrementar sus préstamos a las pymes hasta 30.000 millones de euros para el periodo 2008-2009. Bruselas permitirá además que los Estados miembros modifiquen el uso del dinero procedente del Fondo Social Europeo que ya tienen asignado y lo destinen a ayudar a recolocar a los parados. Propondrá también un cambio en las reglas del nuevo Fondo de Adaptación a la Globalización, dotado con 500 millones de euros al año, para que sea más fácil de utilizar en tiempo de crisis. Otra de las propuestas contenida en este plan de recuperación, cuya versión completa se presentará el próximo 26 de noviembre, consiste en fomentar la inversión pública en el desarrollo de coches más ecológicos y en la eficiencia energética de las viviendas. De este modo se apoyará a dos de los sectores más afectados por la crisis, el del automóvil y el de la construcción, y al mismo tiempo se contribuirá a los objetivos marcados por la UE en materia de cambio climático, según subrayó Barroso. La Comisión presentará propuestas para impulsar la demanda de bienes y servicios verdes mediante la aplicación de un IVA reducido, tal y como reclamaban Francia y Reino Unido.Finalmente, el Ejecutivo comunitario reclama a los Estados miembros que usen todo el margen de flexibilidad que les permite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) para aumentar su propio gasto público y estimular así la demanda. «Dentro del PEC debe haber margen para que la política fiscal y presupuestaria sea anticíclica durante la crisis para mantener la demanda y proteger los puestos de trabajo», dijo Barroso, que subrayó que esta posibilidad ya está contemplada en la revisión del Pacto aprobada en 2005.Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, destacó que el PEC deja «margen suficiente para proporcionar la flexibilidad que hoy necesita la política fiscal, la política presupuestaria, que debe contribuir a impulsar la demanda». Almunia subrayó en todo caso que las reglas del Pacto, que limita el déficit público al 3% del PIB, «siguen vigentes». «No vamos a tratar igual a los países que necesitan utilizar de forma activa la política fiscal para salir de la crisis que a los países que puedan utilizar las medidas de política presupuestaria para cometer errores», enfatizó.El Ejecutivo comunitario insiste en que la inversión pública y el apoyo a las empresas debe tener un doble efecto: compensar la caída de la demanda a corto plazo pero fomentando al mismo tiempo la modernización de la economía y las reformas que aumenten la productividad y reduzcan la inflación. «Lo que queremos evitar es las viejas ayudas sectoriales, la política industrial vieja, y fomentar las ayudas horizontales para objetivos como el medio ambiente o la eficacia energética», subrayó el presidente de la Comisión.No hay «dinero nuevo»Barroso admitió que esta propuesta de plan de estímulo comunitario no contiene «dinero nuevo» porque la UE no puede modificar sus perspectivas financieras. Además, Durao Barroso dejó claro que «los principales instrumentos para estimular la demanda y el empleo están en manos de los Estados miembros». No obstante, resaltó que «Europa debe hacer frente a la crisis económica con el mismo enfoque sólido y coordinado que hemos adoptado frente a la crisis financiera».«En la economía real, como en la economía financiera, debemos remar juntos o nos hundiremos juntos», resaltó Durao Barroso. «La UE en tanto que tal no tiene la solución milagro», agregó.Alertó además de que la crisis financiera «no ha quedado superada todavía», pese a los «efectos positivos» del paquete de rescate bancario aprobado por la UE, que ya han empezado a sentirse especialmente en el mercado interbancario. «El sistema financiero internacional sigue estando en una condición frágil y el riesgo de una grave contracción del crédito persiste», subraya el Ejecutivo comunitario. Por ello, la Comisión reclama a los Estados miembros que apliquen de manera «rápida y coherente» sus respectivos planes bancarios nacionales para restaurar la confianza y limitar el daño en la economía real. También pide al Banco Central Europeo (BCE) y a otros bancos centrales del mundo que mantengan sus inyecciones de liquidez.Además, el Ejecutivo comunitario ve fundamental limitar el impacto de la crisis financiera en los países de Europa central y oriental. Para ello, ha propuesto aumentar de 12.000 a 25.000 millones de euros su mecanismo de ayuda a los países en problemas. De momento, la UE ha decidido ya prestar a Hungría 6.500 millones y ha recibido una petición de Islandia, según explicó Almunia. Bruselas da por hecho que la crisis financiera «reducirá la tasa de crecimiento potencial a medio plazo y rebajará de manera importante el crecimiento en 2009 y 2010». El comisario Almunia presentará sus previsiones económicas actualizadas el próximo 3 de noviembre.
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