La Comisión Europea ha propuesto un plan de recuperación cuyo objetivo es coordinar las medidas que están tomando los Gobiernos de la UE contra la recesión y evitar que las acciones de un Estado miembro tengan repercusiones negativas sobre el resto. Las diferencias entre Alemania, Francia y Reino Unido, que no están de acuerdo ni sobre la amplitud de la intervención necesaria ni sobre los instrumentos para llevarla a cabo, han limitado la iniciativa de Bruselas.
El Ejecutivo comunitario ha pedido a los Estados miembros que adopten medidas de estímulo fiscal para sostener la demanda y evitar que la economía de la UE se hunda en una espiral recesiva. Sigue así las recomendaciones aprobadas por los líderes del G-20 en la cumbre de Washington del pasado 15 de noviembre. El importe total de estas medidas ascenderá a 200.000 millones de euros, lo que equivale al 1,5% del PIB de cada Estado miembro. La cifra supera la inicialmente barajada de 130.000 millones de euros.
La mayor parte de este esfuerzo que la Comisión ha pedido a los Veintisiete se concentrará a principios del año 2009, aunque algunas medidas durarán hasta 2010, según ha anunciado el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso. De estos 200.000 millones de euros, 170.000 millones de euros (el 1,2% del PIB de la UE) tendrán que ponerlos los Estados miembros a través de medidas nacionales. Los otros 30.000 millones de euros (0,3% del PIB), vendrán del presupuesto comunitario, fundamentalmente a través de un adelanto de los pagos de los fondos estructurales y de cohesión.
"Atravesamos una crisis excepcional que requiere una respuesta también excepcional", ha destacado Barroso. Tanto él como el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, han insistido en la importancia de que la UE actúe ante la crisis de manera coordinada. Sin coordinación de los esfuerzos nacionales, advertía Almunia, "uno y uno puede no sumar dos e incluso puede dar como resultado cero". Ambos hand ejado claro que la coordinación no significa que todos los países deban aplicar las mismas medidas, sino que tienen que adaptarlas a la situación específica de su economía.
Bruselas quiere que el estímulo presupuestario sea inmediato, para reactivar la demanda y ayudar a recuperar la confianza de inversores y consumidores, pero recalca que las medidas han de ser dirigidas y temporales. También incide en que las acciones coyunturales deben ser coherentes con la estrategia a largo plazo de reformas estructurales y de modernización de la economía europea, así como con la política de lucha contra el cambio climático. Respecto al riesgo de que el aumento del gasto público lleve a los déficit públicos por encima del límite del 3% del PIB establecido por el Pacto de Estabilidad, Almunia ha puntualizado que se aplicarán las reglas presupuestarias "con flexibilidad".
Las diferencias entre Alemania y Francia
En la comparecencia conjunta, Barroso ha explicado que todas las medidas que han tomado los Estados miembros en los últimos días, incluida la rebaja del IVA anunciada por el primer ministro británico Gordon Brown, se ajustan al plan diseñado por el Ejecutivo comunitario. A esas medidas particulares se sumarán las que anuncie este jueves el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. También el presidente galo, Nicolás Sarkozy, presentará en los próximos días el plan de estímulo de Francia. Uno y otro estarán adaptados a las exigencias de Bruselas.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha defendido en las últimas semanas la necesidad de que el estímulo sea "lo suficientemente grande y audaz para que funcione a corto plazo", lo que le sitúa más cerca del presidente francés Sarkozy que de la canciller alemana Merkel. "Estamos viviendo momentos excepcionales que requieren medidas excepcionales", ha apuntado Barroso en los últimos días, al tiempo que aclaraba que el plan de recuperación propuesto por el Ejecutivo comunitario tendrá en cuenta las distintas situaciones en las que se encuentran los Estados miembros.
Este plan de recuperación propuesto hoy por Bruselas será discutido por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre que se celebrará los días 11 y 12 de diciembre.
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